lunes, 31 de agosto de 2009

El aguacate, oro verde mexicano


El aguacate, cuyo origen es definitivamente mexicano, se ha convertido en un producto estrella internacional. Su uso y aprovechamiento populares lo han llevado a ser uno de los sabores favoritos, principalmente con la preparación del guacamole, sustituyendo gradualmente algunos “clásicos” como la mayonesa e incluso la salsa catsup. Por otra parte algunos chefs reconocidos internacionalmente lo utilizan en sus platos, un caso ejemplar es el de Ferran Adriá con su “guacamole con aceite de oliva la guindilla y cardamomo”.

Ahuácatl, es una voz náhuatl que significa fruto de agua. De aquí surgen las palabras aguacate y avocado. En portugués se conoce como abacate, también recibe los nombres de aguaco, ahuaca, palta, pagua, cura y ezitzito (en maya), según las regiones. Aunque existe una gran variedad de aguacates, todos se derivan de tres grandes grupos: mexicano, guatemalteco y antillano; el primero es el más resistente y de mejor calidad.

La moda del aguacate se debe a su sabor único, su textura cremosa y, por supuesto, su valor alimenticio. Entre otras cualidades el aguacate es rico en vitaminas A, C y E que evitan los radicales libres en el cuerpo. Los aguacates contienen también una cantidad enorme de proteínas y grasas no saturadas. Las variedades más conocidas son: Gema, Pinkerton, Reed, Bacon, Rincón, Ettinger (se cultiva en Israel), Fuerte (californiano), Hass (californiano), Lula (de Florida), Nabal (del Mediterráneo), Azteca, Puebla, Booth 7 y 8 (híbridos de Florida), Zutano, entre otros. Se dice que hay en total casi 500 variedades.

Sin embargo, el mercado de este delicioso fruto ha suscitado controversia y enfrentamientos. Desde hace años su producción ha significado gran parte de la riqueza agrícola para México. El país principal para la exportación es EUA, sin embargo desde 1914 este país comenzó la prohibición de la entrada del aguacate mexicano a sus tierras, tomando como pretexto la presencia de una plaga agrícola, hecho que jamás pudo ser comprobado. Se trata de una estrategia para proteger a los productores en California, Florida y Hawai. Esa prohibición, se convirtió en una lucha sin cuartel, donde cada país estuvo “tirando aguacatazos” durante décadas, hasta que en 1992 comenzó a aplicarse el Tratado de Libre Comercio (TLC), el cual permitió entonces a México exportar aguacates a 47 de los 51 estados de la Unión Norteamericana.

Pero fue apenas en 2007, tras constantes presiones mexicanas, incluidas amenazas de imponer barreras arancelarias al maíz estadounidense, que se levantó la última prohibición de exportar el aguacate mexicano a California, Florida y Hawai. La lucha no termina ahí. El TLC se convirtió en arma de doble filo: en el Estado de Michoacán, en el Municipio de Uruapan, es posible ver camiones repletos de aguacates dispuestos a salir con rumbo hacia el norte; sus productores sin embargo no son mexicanos, sino californianos que se han introducido a México para eliminar a los competidores de este país. De esta manera la “guerra del aguacate” no termina y crea sus propias paradojas.

México produce el 68% de los aguacates en el mundo, pero el consumo se incrementa, sobre todo en EUA, donde este fruto es muy costoso para el consumidor. Esto ha provocado que surjan traficantes de aguacates que lo compran en el territorio mexicano a precios tan bajos como un dólar por diez aguacates, introduciéndolo al mercado de EUA ilegalmente, donde un solo aguacate puede costar hasta diez dólares. Por otra parte el embargo de cargamentos enteros de aguacate mexicano que son legales sigue ocurriendo con demasiada frecuencia. Otro hecho curioso es la polémica legal desde 2007 entre una consumidora y la empresa kraft por la fabricación y venta de ¡guacamole falso!, una salsa que lo imita pero que tiene apenas el 2% de aguacate, combinado con aceites de soya y coco, colorante y otros aditivos alimenticios y
saborizantes artificiales. Este “guacamole pirata” se convirtió en uno de los productos estrella de kraft, desplazando al catsup, confirmando el impacto cultural de la gastronomía latina en la industria alimenticia de EUA.

El aguacate es más que guacamole. Es un producto de alto valor alimenticio. Uno de los frutos que extienden su influencia gastronómica; convirtiéndose en uno de los favoritos mundialmente. Conocido como “oro verde” es necesario revalorarlo como fruto primordial de la cultura gastronómica de nuestro país. Es el fruto de una tradición agrícola milenaria.

Hernán Aguilar

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