viernes, 12 de diciembre de 2008

La pasta, una aportación de Italia para el mundo


El origen de la pasta es más enredado que un plato de Spaguetti. Generalmente su creación es remitida a Italia, pero hay quienes aseveran que viene China.

Aquellos que le otorgan la paternidad a los chinos aseguran que en siglo XIII Marco Polo, llevó consigo a Europa los noodles provenientes de China para ser degustados en las mesas italianas.

Sin embargo, el orgullo italiano es herido con esa historia e insiste en que Italia es la cuna de la pasta, postura que es fortalecida con el descubrimiento de un rodillo y cortador de pasta, en los murales de una tumba etrusca cerca de Roma que data del siglo III a.C.

Además, existe una leyenda de la mitología romana que cuenta que Vulcano, dios del fuego, un día enfurecido arrancó los granos de trigo de la tierra, los aplasto e introdujo la harina obtenida al volcán Vesubio, para rociarle con jugo de aceitunas y comerse el resultante plato de pasta.

La curiosidad en todo esto, es que el jitomate, originario de México, es el condimento más empelado para darle sabor y equilibrio, pues ofrece una combinación perfecta entre lo ácido y dulce. Además de ahora también ser el mejor queso para su acompañamiento el Cotija y no el parmesano.

Al tema de la pasta no hay que darle vueltas como al Fussilli. Su preparación es muy simple, sobre todo porque admite casi cualquier ingrediente: aceites, verduras, carnes, pescados y mariscos, diversas especias, condimentos y la creatividad de cocineros y chefs.

Para lograr que quede al dente, el requisito más importante es, la atención a su cocción de manera que quede ligeramente cruda en su interior, es posible comprobarlo partiéndola por la mitad.

Por esto y mucho más, creo que es conveniente realizar algunas recetas con este elemento y divertirnos aún más en la cocina para terminar celebrando con un buen vino italiano o mexicano.

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