viernes, 25 de marzo de 2011

Puebla, platillos angelicales


Considerada como la capital del chile en nogada, Puebla es rica en tradiciones culinarias qué la posicionan como una de las más relevantes y conocidas en la República Mexicana.

La Angelópolis, como se bautizó a la ciudad de Puebla en el período de La Colonia, se convirtió en paso obligado para todos los cargamentos provenientes del puerto de Veracruz con destino a la ciudad de México, concibiendo la creación de mercados, mesones y lugares de comida para los dueños de los cargamentos.

El valle de Puebla provee a la ciudad de ingredientes como el maíz, café, caña de azúcar, tomate verde, zapote verde y pitaya, y su gastronomía ofrece platillos como las cemitas, nombre de un pan tradicional de costra semidura y cubierto de ajonjolí que se rellena con jamón de cerdo, queso Oaxaca, aguacate y hojas de pápaloquelite.

En Puebla, hasta hace 18 años la cocina poblana mezclaba una fuerte cantidad de de especias para preparar guisos como el mole poblano, hecho que ahuyentaba a muchos comensales extranjeros por considerársele una comida picosa y fuerte al paladar.

Puebla se convirtió en un referente turístico para los extranjeros y por ello, la comida se encuentra en evolución para que cualquier persona pueda consumir un buen mole. Anteriormente se preparaba ligeramente más picoso y con muchas más especias y ahora es más suave.

En todo el estado, se encuentran platillos que combinan la tradición indígena náhuatl y otomí con ingredientes y técnicas españolas y francesas. El mole de caderas de Tehuacán es un guiso de chivo preparado para el Festival de la Matanza; en la Mixteca se consumen tacos de cuetlas, asadas en comal con salsa de chile pasilla. Las cuetlas o chiancuetlas son una variedad de larvas de mariposa que crece en las plantas de chía, pochote, tahulahua, cuaulote y tlahuilote.

Otros platos son los tacos de jumiles, chinches del monte asadas; el huaxmole o guaxmole, mole con granos del fruto llamado guaje, y preparaciones con maguey como la barbacoa de carnero o chivo, los mixiotes de carnero, conejo o pollo, y el pulque.

Chalupas poblanas verdes y rojas; sopas de flor de calabaza con queso; chiles en nogada, ligeramente capeados, y dulces típicos de la región como dulces de camote de leche son parte del orgullo cultural culinario del estado de Puebla y nuestro querido México.

Al visitar Puebla es inevitable degustar bebidas y platillos de gran tradición; como lo son los tamales de comino, haba y maíz, el pipián rojo y verde, mole de panza de res, cecina, revoltijo con romeritos, adobo negro y trucha de criadero son ejemplos de la presencia indígena.

“Pasita” es el nombre del licor elaborado con uva fermentada, agua y mezclas secretas del bar La Pasita fundado en 1916. Servido en un caballito tequilero con una garnitura elaborada con un trozo de queso y una pasa.

Polenta de maíz, embutidos curados y quesos caseros son consumidos por los habitantes de la ciudad de Chipilo, localidad fundada por inmigrantes italianos de la región de Veneto.

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