viernes, 6 de abril de 2012

El dorado para una perfecta presentación



Un dorado perfecto es mucho más atractivo en los alimentos cuando se realiza adecuadamente, no sólo se ven bien, también mantienen un gran sabor, buena cocción y no son necesariamente grasosos.

Lo primero que debe tomarse en cuenta para freír es el tipo de grasa o aceite que se va a emplear. Se pueden utilizar variedades animales o vegetales, así como una combinación de ambos.

Es importante no mezclar aceites o grasas que han sido utilizados previamente con nuevos, ya que la mezcla se quemará más rápidamente, derivando en un sabor y color poco atractivo.

Es recomendable emplear aceite de girasol de alto contenido oleico, el cual tiene uno de los mejores rendimientos a lograr que los alimentos sean más crocantes y con color uniforme.

Las carnes y vegetales que se preparan con este método de cocción deben resultar en una textura crujiente, turgente y con un color dorado brillante.

Es necesario tener una porción correcta entre aceite y alimento, así como una temperatura adecuada para freír (175 a 180 °C), de lo contrario la cocción será dispareja.

Las temperaturas muy altas producen que el aceite se queme rápidamente, además de sellar la superficie de los alimentos y evitar que en su interior se cuezan debidamente.

Con poca intensidad de calor los alimentos absorben mucho aceite, su color es más claro y tardan más tiempo en cocerse.

Es importante revisar que la superficie de los alimentos que van a pasar por la técnica de fritura se encuentren lo más secos posible para evitar salpicaduras y la formación de espuma en el aceite.

Los ingredientes descongelados mantienen una gran cantidad de agua en su superficie. Carnes y vegetales con gran humedad deben acondicionarse antes de freír por medio de enharinados, empanizados o rebozados.

Es necesario ser paciente y cuidar el tiempo que permanecen los productos en el aceite, así se obtendrán frituras con características adecuadas e incomparables.

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