¿Qué se necesita para echar andar un restaurante?
La creación y adaptación del menú ante las posibles contingencias, una buena brigada de cocina y servicio son la clave para la puesta en marcha de un restaurante.
Experimentados chefs dentro de la industria de restaurantes, afirman que todo comienza con la oferta gastronómica del menú.
Para un área donde se atenderá a ochenta comensales es conveniente ofertar un promedio de veintisiete a treinta y cinco platillos que deberán de variar de acuerdo a temporada y estilo del sitio; se puede dividir en cinco o seis entradas, cuatro sopas, cuatro o cinco ensaladas, tres pastas, cuatro o cinco platos fuertes con pescados y/o mariscos, seis platos fuertes con carnes rojas o blancas y cinco postres.
Las entradas serán para compartir; las ensaladas son bajas en calorías, las pastas permiten la creación de salsas o la utilización de aquellas ya clásicas en la cocina internacional.
En las sopas se emplean los huesos de res, pollo, pescado y algunos mariscos para la realización de fondos, las sopas son excelentes para aquellas personas que no disponen de tiempo para saciar su apetito. La sopa de tortilla, verduras y caldo de camarón son fáciles de preparar en grandes cantidades.
Huachinango, robalo, atún y salmón se combinan con salsas con notas picantes y exóticas, además de poder utilizar los sobrantes para la elaboración de ceviches o tártaras.
Preferentemente se sugiere que los cortes de carne New York, Rib eye, T-bone sean de calidad Premium, autentica arrachera, cordero, magret de pato, codornices, suprema de pollo o pollo entero, son productos que pueden solicitarse por semana para garantizar la frescura que el cliente desea.
La mayoría de los platillos y sus guarniciones podrán ser configuradas con base a productos versátiles en su preparación para aprovechar el espacio en la cocina; las papas pueden prepararse en sopas, crema, puré o guarniciones; los hongos y champiñones se pueden preparar salteados, en sopas o farsas para algunas carnes.
Frutas como el mango, fresa, limón, zarzamora y la guanabana, pueden ser utilizadas en sorbetes, coulis o algunos otros postres.
Productos como el chocolate amargo, semiamargo o blanco, se emplean en platos fuertes y postres para que la oferta resulte más tentadora al paladar de los comensales.
La oferta de bebidas como la cerveza y una carta de vinos con un promedio de veinte etiquetas que puedan ser ofrecidas por copeo o botella para aquellos amantes de esta bebida.
Para la preparación de todos los platillos, una cocina puede funcionar con un horno, estufa de seis quemadores, plancha, parrilla, freidora, salamandra, estufón de cuatro quemadores, horno de microondas, horno de convección, congelador, refrigerador, mesas de trabajo y maquina lava loza, entre algunos otros enceres necesarios para la correcta operación.
Un proyecto para la puesta en marcha de un restaurante se contempla en tres fases: planeación, montaje del lugar y arranque.
Por ejemplo:
El establecimiento puede ser informal, semiformal o formal, determinado por el estilo de la cocina y número de cubiertos en la mesa; después se define el tipo de clientela; juvenil o maduro.
Posteriormente se debe seleccionar el espacio físico y se comienza el diseño; para 240 m2, se puede dividir en 130 m2 para comedor con veinte mesas de cuatro comensales; 70 m2 para cocina; 30 m2 para almacén, baños y caja.
La creación y adaptación del menú ante las posibles contingencias, una buena brigada de cocina y servicio son la clave para la puesta en marcha de un restaurante.
Experimentados chefs dentro de la industria de restaurantes, afirman que todo comienza con la oferta gastronómica del menú.
Para un área donde se atenderá a ochenta comensales es conveniente ofertar un promedio de veintisiete a treinta y cinco platillos que deberán de variar de acuerdo a temporada y estilo del sitio; se puede dividir en cinco o seis entradas, cuatro sopas, cuatro o cinco ensaladas, tres pastas, cuatro o cinco platos fuertes con pescados y/o mariscos, seis platos fuertes con carnes rojas o blancas y cinco postres.
Las entradas serán para compartir; las ensaladas son bajas en calorías, las pastas permiten la creación de salsas o la utilización de aquellas ya clásicas en la cocina internacional.
En las sopas se emplean los huesos de res, pollo, pescado y algunos mariscos para la realización de fondos, las sopas son excelentes para aquellas personas que no disponen de tiempo para saciar su apetito. La sopa de tortilla, verduras y caldo de camarón son fáciles de preparar en grandes cantidades.
Huachinango, robalo, atún y salmón se combinan con salsas con notas picantes y exóticas, además de poder utilizar los sobrantes para la elaboración de ceviches o tártaras.
Preferentemente se sugiere que los cortes de carne New York, Rib eye, T-bone sean de calidad Premium, autentica arrachera, cordero, magret de pato, codornices, suprema de pollo o pollo entero, son productos que pueden solicitarse por semana para garantizar la frescura que el cliente desea.
La mayoría de los platillos y sus guarniciones podrán ser configuradas con base a productos versátiles en su preparación para aprovechar el espacio en la cocina; las papas pueden prepararse en sopas, crema, puré o guarniciones; los hongos y champiñones se pueden preparar salteados, en sopas o farsas para algunas carnes.
Frutas como el mango, fresa, limón, zarzamora y la guanabana, pueden ser utilizadas en sorbetes, coulis o algunos otros postres.
Productos como el chocolate amargo, semiamargo o blanco, se emplean en platos fuertes y postres para que la oferta resulte más tentadora al paladar de los comensales.
La oferta de bebidas como la cerveza y una carta de vinos con un promedio de veinte etiquetas que puedan ser ofrecidas por copeo o botella para aquellos amantes de esta bebida.
Para la preparación de todos los platillos, una cocina puede funcionar con un horno, estufa de seis quemadores, plancha, parrilla, freidora, salamandra, estufón de cuatro quemadores, horno de microondas, horno de convección, congelador, refrigerador, mesas de trabajo y maquina lava loza, entre algunos otros enceres necesarios para la correcta operación.
Un proyecto para la puesta en marcha de un restaurante se contempla en tres fases: planeación, montaje del lugar y arranque.
Por ejemplo:
El establecimiento puede ser informal, semiformal o formal, determinado por el estilo de la cocina y número de cubiertos en la mesa; después se define el tipo de clientela; juvenil o maduro.
Posteriormente se debe seleccionar el espacio físico y se comienza el diseño; para 240 m2, se puede dividir en 130 m2 para comedor con veinte mesas de cuatro comensales; 70 m2 para cocina; 30 m2 para almacén, baños y caja.
Si piensa ser un futuro empresario en el sector, deberá considerar con importancia el tiempo de planeación, este puede llevar hasta un año debido a los factores como: Presupuesto, permisos legales, contacto de proveedores de equipos y/o servicios específicos, diseño y acondicionamiento físico del establecimiento, diseño de logotipo, creación y estandarización de menús, selección, reclutamiento y capacitación del personal de las diversas áreas.
Pero si en verdad quiere que su negocio funcione, consulte a un experto que le asesore en todo momento.
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